(Continuación de Parte 1)
El lunes que siguió a aquella fiesta en la casa de campo de Luis, yo aún andaba algo adolorida de la noche con el hombre que me regaló mucho dinero por cosas que aun no recuerdo. Cuando entre a la oficina, Rosa ya estaba trabajando y actuó como que nada había pasado. Yo tampoco quería hablar al respecto. Todo había sido tan desconcertante que por momentos dudaba que había sucedido.
El lunes que siguió a aquella fiesta en la casa de campo de Luis, yo aún andaba algo adolorida de la noche con el hombre que me regaló mucho dinero por cosas que aun no recuerdo. Cuando entre a la oficina, Rosa ya estaba trabajando y actuó como que nada había pasado. Yo tampoco quería hablar al respecto. Todo había sido tan desconcertante que por momentos dudaba que había sucedido.
A la hora del
almuerzo, Rosa me acompañó a la cafetería del supermercado como todos los días laborable.
Mientras terminábamos nuestra comida y la cafetería se vaciaba ella me mencionó
que la fiesta del fin de semana anterior había sido un éxito para Luis. Por eso
yo entendí que la habían pasado todos muy bien. Rosa me aclaro la situación que
en realidad había sido parte para conocer gente para su negocio y que el señor que
me había entretenido toda la noche era una persona clave. Ahora Luis si quería celebrar
este fin de semana y que yo tenía que ir.
Pues yo no
necesite mucho convencer para aceptar otra parranda. Y si me ganaba otro poco
de dinero entreteniendo un viejo de esos, pues no me caería mal.